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Encontré por primera vez el libro de Orhan Pamuk casi por casualidad, comprando dulces en una conocida cadena de tiendas de la ciudad. Ahora, ha pasado más de una década desde su publicación (2008) y de mi hallazgo, pero la historia de Kemal y Füsun, el sentido relato de su felicidad y desesperación me ha acompañado durante un largo tiempo. 

La novela relata la historia de dos jóvenes en la Turquía de los años setentas, Kemal un joven rico y comprometido para casarse que se encuentra con Füsun, una prima lejana, más joven y de estrato social más bajo. Su amor y pasión surgen como producto del autoengaño y de una felicidad efímera y robada. 

Aun después de tantos años de haber leido el libro, puedo saborear en mi memoria la melaconlía, la profunda tristeza y desesperación callada que siente Kemal durante su relato, quizá porque como él, tenía el corazón reventado y al igual que él, solo encontraba un bálsamo reviviendo mi historia entre colillas de cigarros acumuladas y objetos olvidados. 

Al explicar el proyecto, el autor relata que el libro y el museo siempre fueron pensados juntos, por lo que solo cuatro años después del lanzamiento del libro, el museo abrió sus puertas (2012) con una colección de más de mil objetos. En esta casa situada en el barrio de Çukurcuma en Estambul,  es donde la historia de los personajes cobra vida a partir de objetos que dejaron atrás y que pueden contarla.  

Orhan Pamuk en múltiples entrevistas ha relatado la cercanía que siente con los museos, capaces de desatar en él una gran inspiración.  El escritor genera un ejercicio museológico con el Museo de la Inocencia, que lo llevan a  plasma sus reflexiones en un pequeño documento, que se encuentra desplegado en la página web del mismo y que denomina un “Modesto manifiesto de los museos”, en el exhibe sus inquietudes sobre los  museos del futuro. A lo largo de once puntos el autor expresa su sentir, en él hace evidente la molestia que le generan los grandes museos nacionales (particularmente los europeos), pues los encuentra faltos de significado y humanidad. 

En sus reflexiones se integran  problemáticas que inquietan a la museología contemporánea, hace evidente la necesidad de volver a contar la historia desde los individuos, desde una memoria viva y  llena de detalles, que permita reflejar de una mejor manera el hacer y el sentir de los pueblos que intenta representar. Hace un llamado para que en el futuro, los museos sean pequeños e integren relatos desde lo personal y lo íntimo, ya que para él , solo esto hará posible reconstruir la relación entre los museos y la sociedad. 

Si quieres conocer más te dejamos el enlace para que puedas visitarlo.

https://en.masumiyetmuzesi.org/page/a-modest-manifesto-for-museums